Héctor González trabaja de sereno en el obrador de la Municipalidad de Concepción. Ayer, a la mañana, visitó a su madre Antonia González, de 91 años. Como todos los días pasó a saludarla, antes de ir a trabajar.
- Mirá Mamá -le dijo mostrándole la foto del diario- este es el auto que sortea hoy en LA GACETA.
- ¡Amalaya!, le respondió doña Antonia, en una expresión que siempre utiliza para desearle suerte a alguien.
González siguió su rutina en el trabajo hasta después del mediodía. Volvió a su casa, almorzó con su esposa, Olga Medina, y después hizo una siesta. De pronto llegó un equipo de LA GACETA para interrumpir ese descanso, pero con una muy buena noticia.
Los vecinos del barrio San Nicolás, de Concepción, se enteraron primero que nadie al ver el movimiento de cámaras de video, de fotógrafos y de periodistas que tocaban a la puerta de la casa de la familia González.
Cuando salió el flamante ganador no podía creerlo. Unas lágrimas de emoción intentó ocultar, mientras un nudo en la garganta lo dejaba sin palabras. A su lado, Olga escuchaba feliz y emocionada la noticia del premio.
De inmediato, González quiso darle la buena nueva a su madre, que vive a dos cuadras, en el mismo barrio. Doña Antonia desafiaba el paso del tiempo, mientras barría las hojas secas del patio, por los senderos del jardín.
-Buenas... ¿sabe qué hizo su hijo?... se ganó un auto 0km de LA GACETA -le dijimos.
“¡Amalaya!”, exclamó la mujer, mientras abrazaba a Héctor.
La noticia se corría por todo el barrio. “Siempre juego a los Números de Oro”, dijo González, todavía emocionado. Es un hombre de pocas palabras, pero la alegría va por dentro.
Cintia González, la hija del ganador, se enteró también por boca de su padre. La joven cargaba en brazos a su hijo, Benicio Delgado, de 23 días. El recién nacido parece haber llegado con un pan bajo el brazo. En el fondo de doña Antonia se reúne la familia; cada vez llegaban más personas. Afuera de la casa, los vecinos comentaban la noticia. Los murmullos y las risas se mezclaban con frases como “espero que me lleve a pasear”, “ahora no va a saludar a nadie”, “qué suerte, Héctor...”
A pesar del bullicio alrededor del ganador, el bebé Benicio dormía tranquilo con su ropa blanca envuelto en los brazos de Cintia. De repente, Doña Antonia dejó la escoba en un rincón y dijo que la suerte lo acompañó a su hijo, gracias al “Niño Enriquito”, el santo que ella guarda en una coqueta gruta del jardín del fondo y al que venera desde niña. Todo era felicidad en la casa.
González recibirá además un GPS, regalo de Tarjeta Sol del Banco Santiago del Estero.